Más cosas estaban causando revuelo en Colonia. Los Can, inspirados en Stockhausen y la Psiquedelia, eran ahora un grupo de cinco miembros que se hallaba grabando en Schloss Norvenich, el castillo propiedad de su patrón Mani Lohe. Todos ellos, excepto uno, estaban en la treintena y eran una temible combinación de exhuberancia y amplia experiencia. Gente excepcional con una excepcional visión musical: “una comunidad anarquista”, dijo su organista, Irmin Schmidt. Pese a que las primeras piezas de Can eran situaciones más semejantes al arte performativo, su nuevo cantante, un ex–profesor negro llamado Malcolm Mooney, les empujaba continuamente más lejos, hacia el rock’n’roll más estrictamente rompedor, “... hacia la Velvet Underground”, como diría posteriormente Holger Czukay. Sus conciertos eran fantásticos, aunque Malcolm Mooney tenía cierta tendencia a irse de la olla, desmayarse o atacar al público. Pero fue la publicación de su primer álbum la que abrió la escena entera. Monster Movie es un clásico fundacional. Aún no existía ningún visionario en ninguna de las grandes discográficas dispuesto a invertir dinero en el nuevo sonido de Alemania del Oeste. Pero cuando se publicó Monster Movie en Music Factory Records, en agosto de 1969, y las escasas 500 copias prensadas se agotaron inmediatamente, la escena rock de Alemania Occidental cambió completamente. Era el primer álbum de esa escena que sonaba tan poderoso y bien grabado como cualquier disco americano o británico, al tiempo que mantenía el pensativo sonido alemán inspirado en la Velvet. Simplemente leyendo los créditos del primer álbum de los Can nos podemos hacer una idea de la actitud de la brigada musical Kosmische:
Irmin Schmidt –Adminiespacial co-ordenador y órgano láser–, Jaki Leibezeit –ingeniero de propulsión y navegante místico del espacio–, Holger Czukay –recién llegado de Vietnam; jefe del laboratorio técnico y bajista del ejército rojo-, Michael Karoli –piloto de guitarra sónar y radarizada–, Malcolm Mooney –comunicador lingüístico del espacio–.
Nota del traductor.
[i] Imitación de la pronunciación alemana de “rock”.
[i] Imitación de la pronunciación alemana de “rock”.
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